Volvamos a las bases

Volvamos a las bases

Por: Ilán Meléndez, Líder Regional LACChain.

 

El año 2022 fue un año muy convulso para el sector tecnológico mundial, después de varios años pujantes motivados por el apetito de la llamada transformación digital de las empresas a raíz de la pandemia. El pasado año nos mostró una cara muy distinta a partir de los temores de inflación y aumentos de tasas en Estados Unidos, y las consecuencias de los conflictos geopolíticos en el este de Europa.dallas cowboys jersey best sex toys for women cheap jerseys custom hoodies for men nfl jersey sales air jordan 1 low custom nfl jersey human hair wigs sex toys for couples best mens sex toys nike air jordan 4 retro authentic jersey cheap wig nike air jordan mid nike air jordan 11

Durante el 2022, las empresas e inversionistas cambiaron su patrón de inversión tecnológica, y organizaciones de lo que hoy llamamos la industria Web 3 (término acuñado por Gavin Wood en el 2014), disruptivas por naturaleza, y que tenían acceso a grandes recursos para financiar sus proyectos, empezaron a mostrar sus vulnerabilidades, muchas aún por corregir, de la propia naciente industria.

Sin duda la Web 3 nos ofrece un sin número de oportunidades y bondades que cada persona y organización debe plantearse como aprovechar, sin embargo, en la coyuntura del 2022 pudimos ser testigos de algunos eventos que bien podrían poner al lector a dudar. Por nombrar algunas, el colapso del proyecto Terra/Luna, y la quiebra de varias casas de cambio de crypto-monedas como Celsius o FTX, así como fondos de inversión especializados en crypto-mercados generaron junto con la pérdida de valor de las crypto-monedas alrededor de los 2 trillones de dólares en total de reducción de valor.

¿El común denominador? Estos proyectos se apalancan en un token o crypto-activo que en muchos casos no han sido parte de la regulación y se convierten en activos volátiles y riesgosos. A tal punto que en el 2021 el 45% de los estadounidenses consideraba las inversiones en crypto-activos como riesgosas, y para el año 2022, el 60% de la población lo considera de esta manera.

La tecnología que sustenta toda la industria Web3 es la llamada cadena de bloques o blockchain, que nace junto con “bitcoin” en el 2009 como la herramienta que permite que bitcoin pueda existir. En términos claros, no podría existir bitcoin si blockchain no existiera. Pero el alcance de blockchain es mucho mayor al de bitcoin; ya que permite entre muchas cosas la generación de activos digitales, credenciales verificables, identidades digitales, tokenización de activos, billeteras digitales, entre otros.

El reto que tiene la industria de Web3 es como lograr separar estos dos términos del inconsciente colectivo, el token o criptomoneda de la tecnología subyacente; para que así las organizaciones puedan ver más claramente los escenarios en donde tienen oportunidades por aprovechar las tecnologías distribuidas. Una forma de hacerlo es clasificando en dos tipos las redes blockchain. Por un lado, las redes públicas de blockchain y por otro las redes blockchain permisionadas. En una red pública, es necesaria la existencia de un token o activo digital que genere una economía propia en la red y fomente incentivos a sus participantes. En la otra categoría, este token no es requerido porque la red es permisionada y el incentivo no está en función de una economía para la red.

De esta forma, las redes permisionadas operan como un club social. Un ejemplo de esto es LACNET, una organización sin fines de lucro, que fundada por Red Clara y LACNIC, y con el apoyo del BID LAB en el marco de la alianza global para el desarrollo de la tecnología blockchain para América Latina y el Caribe (LACChain), gobierna una red blockchain (LACChain) de nivel corporativo, permitiendo a las organizaciones enfocarse en los beneficios que las redes distribuidas ofrecen.

Las organizaciones que forman parte de la red no deben conocerse entre sí. LACNET se asegura que cada participante está claramente identificado, que es reconocido para ser parte de la red y asegura que cada una siga las reglas de uso correctamente, facilitando a cada organización desplegar sus soluciones de forma independiente. Por otro lado, el proceso de quien puede crear nuevos bloques en la cadena, son gestionados por el propio mecanismo de gobernanza de la red (on-chain) y complementado con mecanismos de gestión y gobernanza fuera de la red (off-chain).

Los riesgos de seguridad informática, la calidad y garantía del servicio, el uso de servicios y tecnologías con alto grado reputacional, no dejan de ser unas de las mayores consideraciones de los equipos de innovación de las empresas. No en vano, estas consideraciones junto con las consideraciones técnicas y funcionales sustentaran la satisfacción del usuario final, en donde organizaciones de gobernanza para servicios distribuidos como los prometidos por la Web3 son de importante consideración en nuestros proyectos que utilicen los beneficios de las tecnologías distribuidas.

 

 

 

 

 

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